¿Utilizamos o escuchamos el argumento “esta persona no puede estar en comunidad”? ¿Analizamos las creencias que en cada caso sostienen esas actitudes e intervenimos eficientemente sobre ellas? ¿Conocemos las fortalezas e intereses de las personas de nuestro servicio? ¿Las tenemos recogidas de manera sistemática? ¿Hemos facilitado oportunidades para que las personas desarrollen sus intereses y fortalezas con otras personas sin discapacidad fuera del entorno de nuestro servicio? ¿Alguna persona de nuestro servicio hace labores de voluntariado? ¿La imagen que proyectamos de las personas tiene que ver también con lo que pueden aportar o únicamente con lo que necesitan derivado de sus necesidades de apoyo? ¿Cómo se valora a las personas de nuestro servicio en nuestro entorno comunitario? ¿Sabemos cómo recoger esas impresiones? ¿Qué impresiones tiene la comunidad sobre nuestro servicio?